A mi me encantan las patitas de cerdo, a mi marido también. Aunque generalmente se acompañan con garbanzos o cualquier otro grano, a mi se me ocurrió hacerlas con salsa de tomate. No son difíciles de hacer pero necesitan tiempo para ablandar. Si se tiene una olla a presión se gana tiempo. Es bueno hacerlas de un día para otro. Se cocinan las patitas hasta que estén tiernas. Al día siguiente se hace la salsa, que puede ser hecha con tomates frescos, puré de tomate, o cualquier salsa de tomate que nos guste. Yo las hice con tomates frescos.
Ingredientes:
Dos patitas de cerdo cortadas por la mitad y a pedazos. Se pueden comparar ya cortadas o decirle al carnicero que las corte.
Se cocinan con agua que las cubra y 4 hojas de laurel. Eso puede tardar unas tres horas a fuego suave y tapadas. Como dije antes en una olla a presión se ahorra tiempo. Cuando están tiernas se aparta del fuego y se sacan. El caldo que queda se puede guardar en la nevera para otros platos. Cuando está fría se le quita la grasa que está por encima, que al contrario de lo que se pueda creer las patas de cerdo no son muy grasosas. Este caldo cuando está frío se vuelve una gelatina ideal para agregar a estofados, guisos o sopas.
Se hace la salsa de tomate como mejor nos guste, se sazona con sal, pimientas hierbas de olor, y si viven en un país donde el vino abunde y no sea caro, también se le puede poner.
Cuando la salsa este lista se le agrega las patitas de cerdo ya tiernas y se deja un rato mas tapadas, para que cojan sabor.
Una vez listas se le pone por encima a pasta cocida, puede ser tallarines, espaguetis, pasta corta. También queda bien acompañando a un arroz. Yo lo hice con pasta.
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